
En la antigua Grecia existía la constante búsqueda de la belleza mediante la armonía que yacía entre sí cada parte que conformaba el todo de una pieza. Los griegos llevaron este deseo a las joyas. Las perlas barrocas de agua dulce en plata de ley chapadas en oro son las protagonistas de una colección que nos lleva al Mediterráneo y a la belleza de las diosas griegas.